Ahora que la globalización hace que el mundo sea cada vez más homogéneo, quedan pocos lugares únicos para experimentar. Cuba, bajo un gobierno de partido único desde 1959, es diferente: la modernidad parece no haber llegado del todo al país. Los automóviles de las décadas de 1940 y 1950 se alinean en las calles de La Habana y las marcas conocidas están notoriamente ausentes. Pero el impacto del modelo económico único del país se extiende más allá de las peculiaridades culturales.
La economía planificada por el Estado de la isla en ocasiones ha luchado por crecer, y los embargos impuestos por Estados Unidos ciertamente no ayudan, pero también tiene algunas áreas notables de fortaleza. Uno de ellos es la atención sanitaria, cuya proporción de 8,2 médicos por cada 1.000 habitantes es una de las más altas del mundo.
Sin embargo, no todos los médicos del país están disponibles para tratar a sus conciudadanos en un momento dado, porque una proporción significativa de ellos están comprometidos con el internacionalismo médico. La pandemia de la COVID-19 ha reafirmado la necesidad de los médicos cubanos en el exterior, y estos han sido enviados a Italia, Sudáfrica y Andorra, por nombrar sólo algunos países. La decisión de aceptar la ayuda de Cuba ha recibido tanto elogios como críticas: algunos ven la ayuda del país como prueba del tipo de cooperación necesaria en estos tiempos difíciles, mientras que otros la ven como una medida de poder blando por parte del gobierno socialista.
En buena salud
Si bien es posible que tenga dificultades para encontrar un McDonald's en Cuba (sorprendentemente, hay uno, pero sólo se puede acceder a él a través de una base naval estadounidense al sureste del país), ciertamente no tendrá dificultades para encontrar un médico o una enfermera. El país cuenta con alrededor de 95.000 médicos y 85.000 enfermeras como resultado de una reforma completa del sistema sanitario en los años 1960.
"El sector sanitario de Cuba es muy fuerte", dijo al CEO europeo John Kirk, profesor de estudios latinoamericanos en la Universidad Dalhousie de Canadá. “Cuba tiene tres veces la proporción médico-paciente que Estados Unidos. La esperanza de vida es aproximadamente la misma que la de Estados Unidos, pero Cuba tiene mejores tasas de mortalidad infantil y de niños menores de cinco años. La atención médica de Cuba es la mejor del Sur Global. En febrero de 2019, Cuba ocupaba el puesto 30 entre los países más saludables del mundo, el primero entre los países en desarrollo. Estados Unidos estaba en la posición 35”.
El relativo aislamiento de Cuba no parece haber afectado negativamente el desarrollo de su servicio de salud. El país produce alrededor del 65 por ciento de sus propios medicamentos e incluso exporta algunos medicamentos sofisticados, como CIMAvax, una vacuna contra el cáncer de pulmón que actualmente se encuentra en ensayos clínicos en el Roswell Park Comprehensive Cancer Center en Buffalo, Nueva York. Como era de esperar, la atención médica de Cuba ha recibido elogios de muchos sectores, y el entonces Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, declaró en 2014: “Quiero unirme a muchos otros para saludar el sistema de salud de Cuba... Un modelo para muchos países alrededor del mundo”.
trabajo por turnos
Además de un envidiable historial de atención médica en el país, Cuba ha estado enviando personal médico al extranjero desde 1960, la mayoría de las veces por razones altruistas. En total, unos 400.000 profesionales médicos han trabajado en 164 países. “Cuba ha hecho cosas notables, sin cobrar nada a los pacientes”, dijo Kirk. “Lo más significativo es que los programas de oftalmología de la Operación Milagro han realizado casi cuatro millones de cirugías oculares en pacientes en América Latina y el Caribe... 25.000 pacientes (principalmente niños de Ucrania) fueron tratados en La Habana por afecciones médicas como resultado de la implosión de Chernobyl, y Cuba Ha capacitado a 29.000 médicos de países en desarrollo en la [Escuela de Medicina] Latinoamericana de La Habana”.
En 2005, Cuba formó la Brigada Médica Internacional Henry Reeve para entregar ayuda a estados extranjeros que enfrentan epidemias y desastres. Como consecuencia de la pandemia de COVID-19, la brigada ha sido desplegada en varios países, muchos de los cuales no habían tenido motivos para recibir asistencia médica desde la isla antes. Además, Cuba envió personal especializado a 14 países donde ya estaba presente la brigada.
"La actual pandemia de coronavirus ha aumentado la demanda de apoyo médico cubano", dijo Kirk. “Cabe señalar que, por primera vez, países europeos como Italia (donde hay brigadas médicas cubanas en Lombardía y Turín) y Andorra han solicitado apoyo médico de emergencia a Cuba”.
Una vez que la COVID-19 retroceda y la vida vuelva a alcanzar cierta apariencia de normalidad, los hospitales temporales que se han construido en Italia y otros países europeos probablemente serán desmantelados. Los médicos cubanos que ayudaron a dotarlos también se irán, pero el recuerdo de la ayuda que brindaron permanecerá, lo que crea una publicidad brillante para un gobierno socialista que tiene una buena cantidad de detractores.
no todo esta bien
A pesar de los esfuerzos aparentemente altruistas de los médicos cubanos, no todos están felices de aceptar su ayuda (en particular, el viejo enemigo del país, Estados Unidos). Tras el despliegue de profesionales de la salud por parte de Cuba a países que luchan por contener el nuevo coronavirus, el gobierno de Estados Unidos, a través de su embajada en La Habana, sugirió que los países no deberían aceptar la asistencia de Cuba porque su gobierno simplemente estaba “recuperando el dinero perdido por los países que abandonaron este programa abusivo”. ”.
"Hay otra cara del internacionalismo médico de Cuba, por la que se le paga", añadió Kirk. “De hecho, la exportación de servicios médicos es la mayor fuente de divisas para Cuba: unos 6.800 millones de dólares [6.280 millones de euros] en 2018, y el doble de la cantidad resultante del turismo. El hospital cubano en Dukhan, Qatar, emplea a 500 médicos cubanos”. El gobierno cobra a los países que utilizan sus servicios en función de su capacidad de pago, añadió Kirk: “Los países más pobres, como Níger o Haití, no pagan por los servicios médicos, mientras que otros, como Portugal o Sudáfrica, sí pagan por los servicios. "
Ciertamente, a medida que algunos gobiernos de América del Sur han adoptado un tono más derechista, han dejado de pagar por el internacionalismo médico de Cuba (más recientemente en Brasil, Bolivia y Ecuador). El COVID-19 y la desesperación con la que las naciones intentan frenar la propagación de la enfermedad podrían proporcionar un terreno fértil para que Cuba negocie nuevos contratos médicos en el extranjero.
También hay pruebas que respaldan la opinión de que los médicos cubanos son explotados por el régimen político interno. El gobierno cubano retiene alrededor de tres cuartas partes del salario de los médicos, lo que sigue siendo un mejor trato que el que reciben los que ejercen en casa, pero significa que termina en sus bolsillos mucho menos dinero en comparación con los médicos locales con los que trabajan. También hay informes de que funcionarios cubanos están confiscando los pasaportes de los trabajadores de la salud y una parte de su pago hasta que hayan regresado a casa, aunque el gobierno cubano ha negado estas afirmaciones.
Estados Unidos considera el programa médico internacional de Cuba como una forma de trata de personas y ha ofrecido residencia a los involucrados. Entre 2006 y 2016, más de 7.000 médicos cubanos escaparon para empezar una nueva vida dentro de las fronteras de su vecino capitalista. Estas desviaciones crean una imagen mucho más sombría del programa que la que pinta el gobierno cubano.
Dejando a un lado las relaciones públicas, el trabajo de los médicos viajeros de Cuba ciertamente será apreciado por las naciones que han recibido su apoyo durante la pandemia del coronavirus. Pero también es cierto que cualquier dinero que el plan genere probablemente beneficiará más al gobierno nacional que a los propios médicos.
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